Almacenamiento de minerales
Los minerales importantes, como el calcio, el magnesio y el fósforo, se almacenan en los huesos. La cantidad de minerales en nuestro cuerpo y las proporciones entre estos minerales determinan la fuerza de nuestros huesos.
En cuanto hay escasez de un determinado mineral en el cuerpo o una alteración en el equilibrio de minerales, las reservas minerales de los huesos y los dientes se pueden utilizar para suplir dicha deficiencia o restaurar el equilibrio.
Ingerir suficiente calcio, magnesio y fósforo en la proporción correcta es importante para mantener las reservas de minerales en los huesos y los dientes. De esta manera se mantienen fuertes e intactos.
Además de suficientes minerales, es importante que nuestra dieta contenga suficiente vitamina K2 y que se absorba suficiente vitamina D de la luz solar. La vitamina D ayuda a absorber el calcio de los alimentos, y la vitamina K2 ayuda a transportar el calcio a los huesos.
Mantenimiento del equilibrio ácido-base
Es vital que la acidez de todos los tejidos del cuerpo se regule con mucha precisión. Las enzimas que están activas en todas nuestras células no funcionan correctamente si la acidez se desvía demasiado de la norma.
Como hemos explicado anteriormente, los huesos juegan un papel importante como reserva de minerales. Los minerales son capaces de neutralizar los ácidos y restablecer el equilibrio ácido-base. Dado que los minerales se extraen del hueso, esto se hace a expensas de la densidad ósea, lo que da como resultado unos huesos más débiles.
Mantener niveles estables de azúcar en sangre
El nivel de azúcar en sangre está parcialmente regulado por la hormona osteocalcina, que influye en la sensibilidad a la insulina y la producción de insulina. Los huesos producen esta hormona bajo la influencia de la vitamina D (entre otras cosas). A continuación, la vitamina K2 provoca una reacción orgánica (carboxilación) para producir osteocalcina carboxilada. De esta forma, la osteocalcina se une fuertemente al calcio y se incorpora a los huesos, dándoles su fuerza.
Si la osteoclacina no se carboxila o se produce una degradación ósea, en la que la osteocalcina se descarboxila, el exceso de osteocalcina no carboxilada entra en el torrente sanguíneo. Esto puede afectar negativamente a la producción de insulina y la sensibilidad a la insulina del cuerpo.
Unos huesos sanos y un buen metabolismo de la osteocalcina, por el contrario, generan una buena sensibilidad a la insulina y, por lo tanto, un nivel de azúcar en sangre más estable.
¿Cómo mantener los huesos fuertes?
Unos huesos bien mineralizados no solo te fortalecen físicamente, sino que también contribuyen a una acidez corporal saludable y a un nivel de azúcar en sangre bajo y estable. Por lo tanto, son una parte crucial de un cuerpo sano.
Nuestros huesos se forman principalmente en la infancia. Es importante desarrollar unos huesos fuertes durante estos años y mantenerlos bien después de este período de tiempo. ¿Pero qué debemos comer para conseguirlo? ¿Es cierto que se debe beber mucha leche para tener los huesos fuertes? ¿Existen otros alimentos que puedan contribuir? ¿Y cómo influye el ejercicio?
¿Beber leche para tener unos huesos fuertes?
Generalmente, beber leche y comer lácteos se considera la mejor manera de obtener suficiente calcio. De hecho, la leche y los productos lácteos contienen nutrientes que contribuyen al mantenimiento de los huesos en condiciones normales, como proteínas, calcio, magnesio y fósforo.
- Sin embargo, los problemas óseos como la osteoporosis son más comunes en los países con un consumo elevado de lácteos. ¿Cómo se puede explicar eso?La leche y, sobre todo, el queso son alimentos muy acidificantes que pueden contribuir a la acidificación del organismo. Como se ha explicado antes, esta acidificación se compensa con las reservas minerales de los huesos y dientes, a expensas de la densidad ósea. Además de la leche y los productos lácteos, los cereales, los productos elaborados con cereales y la carne también son alimentos acidificantes. Por lo tanto, la dieta occidental, rica en cereales, carne y productos lácteos, puede conducir a la acidificación del organismo. Esta acidificación se puede compensar ingiriendo suficientes alimentos con un pH básico, como verduras de todo tipo. Desafortunadamente, la ingesta de verduras de muchas personas es insuficiente.
- La leche puede alterar la proporción de calcio y fósforo. El calcio de la leche de vaca, a diferencia del fósforo, no se puede absorber adecuadamente en los intestinos. Esto puede provocar un desequilibrio entre el calcio y el fósforo. Tener una proporción de calcio baja frente a un nivel de fósforo excesivo influye negativamente en la densidad ósea. Los refrescos también contienen una gran cantidad de ácidos fosfóricos, lo que contribuye a alterar el equilibrio entre calcio y fósforo, y disminuir la densidad ósea.
Aunque la leche y los productos lácteos contienen los nutrientes que pueden contribuir a una buena salud ósea, esta se ve perjudicada debido a una ingesta excesiva de lácteos y/o un consumo insuficiente de verduras. Entonces, ¿qué debemos comer?
Una dieta que es beneficiosa para los huesos, porque contiene las proteínas y los minerales necesarios en la proporción adecuada, es la dieta del paleolítico. Esta es rica en verduras, pescado, frutas, aceite de oliva, frutos secos, semillas y pipas, y baja en lácteos, azúcares refinados y grasas saturadas como las que podemos encontrar en los refrescos, las galletas, la bollería, las patatas fritas…
Esta dieta es baja en lácteos, pero proporciona minerales (como el calcio) de absorción más fácil que la típica dieta occidental con muchos lácteos. Por ejemplo, ¡el calcio del brócoli se absorbe mejor que el de la leche!
¿Y qué hay del ejercicio y los huesos?
Una persona puede comer sano, pero si no se mueve lo suficiente, su salud ósea también se verá afectada. Los huesos sanos y fuertes deben someterse a esfuerzos activamente, al menos con nuestro propio peso corporal, a fin de estimularlos lo suficiente para que crezcan y se recuperen. Algunas actividades diarias que son buenas para los huesos son caminar, correr, subir escaleras, bailar y saltar a la cuerda.
¿Te gustaría hacer más ejercicio, pero no sabes cómo? Lee nuestros artículos.
¿Cómo puedes contribuir más al mantenimiento de los huesos en condiciones normales?
Además de todos los consejos nutricionales y de estilo de vida que te hemos dado, hay más cosas que puedes hacer para garantizar el mantenimiento de los huesos en condiciones normales. Tanto la vitamina D3 como la vitamina K2 y los minerales calcio y magnesio contribuyen al mantenimiento de los huesos en condiciones normales.
Hemos reunido estos cuatro en una Fórmula Ósea completa, una forma fácil de contribuir diariamente al mantenimiento de unos huesos normales. Esta fórmula vegana contiene vitaminas D3 y K2, magnesio y calcio en proporciones equilibradas, por lo que es adecuada para cualquier persona que quiera impulsar el mantenimiento de unos huesos normales.
Conocimientos en la práctica
Además de proporcionar estructura y firmeza al cuerpo, los huesos también desempeñan un papel importante en el equilibrio de minerales, el equilibrio ácido-base y el equilibrio del azúcar en sangre. Puedes mantener unos huesos sanos con una alimentación saludable, como la dieta del paleolítico, en la que es indispensable obtener suficiente calcio, magnesio, vitamina D3 y vitamina K2. Los huesos también necesitan un esfuerzo suficiente; por lo tanto, es imprescindible que hagas ejercicio a diario.
Para quien necesite un poco de ayuda adicional, tenemos la Fórmula Ósea de Bonusan, que contribuye al mantenimiento de los huesos en condiciones normales.
Fuentes
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